27/9/08
terrorista en la carretera
TERRORISTA EN LA CARRETERA
23 DE SEPTIEMBRE 2008.
Las noticias hablaron de 8 muertos por el estallido de dos granadas en el zócalo de la ciudad de Morelia, en Michoacán. Después de ese 15 de septiembre del 2008, México vive el ambiente más terrorífico de este siglo. Comparable con los días que siguieron al terremoto de 1985. Las televisoras se han dedicado a provocar miedo entre los habitantes de todo el país, aseguran desde el poder, que las granadas fueron lanzadas por terroristas, otros dicen que fueron los narcos, y los gringos aseguran que fueron narcoterroristas. También están las pesquisas sobre un atentado desde la ultraderecha, o que fue un intento de FeCal (Felipe Calderón) para legitimarse, porque la mayoría de los habitantes están convencidos de que hizo fraude para robarse las elecciones del 2006, además están desesperados, por el incremento de los precios, los bajos salarios y el desempleo.
Todas estas posibilidades eran repetidas una y otra vez, en taxis, en los micros, en el metro, en los medios, en la sobremesa, en los cafés, en las escuelas, en los circos.
Yo escuchaba, analizaba cada explicación, cada tesis, ninguna me convencía. Por qué lanzaron las granadas a los pies, por qué pide perdón a Dios el supuesto autor del atentado y desaparece de la escena del crimen sin problemas. Por qué los diez policías responsables de vigilar el zócalo de Morelia no se presentaron ese día a cumplir con su deber. Por qué el ejército llegó en diez minutos al zócalo. Por qué la segunda granada estalló a seis cuadras de la calle donde vive la madre de FeCal, por qué, por qué.
En las noches, no podía conciliar el sueño, las explicaciones blandengues que exponía FeCal por la tv, me alteraban. Sus declaraciones de guerra contra los narcos me provocaban risa. Sí risa, en las noches mitigaba mi risa para no despertar a los demás. “vamos ganando aunque no parezca” jajaja ¡qué tipo tan chistoso, tan ocurrente! ¿O piensa que somos muy tontos? El tema es que yo estaba muy desesperada. ¿Qué fue lo que sucedió en Morelia?
Así que el 19 de septiembre, comencé la investigación. Me comuniqué con todos mis amigos que viven allá en Morelia, busqué a los de La Familia, a los Zetas, a La Flor, hablé con el Chapo, con el Lazca y todos me daban la misma información. –Mouriño, Eduardo Medina Mora y Genaro García Luna saben cómo estuvo la bronca, que no se hagan pendejos- Decían que Calderón les ofreció protección por igual a todos, sin distingos a cambio de usar los nombres de sus organizaciones para provocar miedo a la población, así como hizo el Bush con las dos torres. Pretende FeCal que con dos granadas de fragmentación el pueblo de México lo reconozca como presidente, porque ya está desesperado de tantas burlas y chascarrillos que le hacen sus enemigos. Que si la bicicleta y la manita rota, que si el “haiga sido como haiga sido”, que si el traje militar le quedó grande, que si es bien briago, que si es el presidente del desempleo. ¡Ya estoy harto! Gritó el día de los Niños Héroes –estas burlas se van a terminar, de mi cuenta corre- y le llamó a Bush para pedirle un consejo y aquel cabrón le dijo -no tener otra salida, tu tener que espantar con los terroristas, ese truco no fallarme, te lo recomiendo- FeCal colgó el celular blackberry que le regaló un colaborador y marcó de inmediato a Leonel Godoy juntos acordaron echar a andar el plan “terroristas en Michoacán”.
También descubrí cómo asesinaban a 21 presos en la cárcel La Mesa en Tijuana, a 24 decapitados en La Marquesa y 34 en Yucatán, pero a los medios, eso no les importaba. El país está en una crisis económica, política, cultural y social, la tentación autoritaria de militarizar el país ronda en la cabeza de FeCal, me lo confirmaron varios de los contactos de primer nivel que colaboraban conmigo.
Pasé el fin de semana muy afligida, en el trabajo estaba distraída, dejé de comer y estuve muy pensativa. Reflexioné y decidí salir a contarles a todos esta perversa mentira de FeCal y la complicidad de las televisoras. Comprendí que mi voz se apagaría con los gritos de los voceros oficiales de FeCal como López Doriga, Pablo Hiriart y otros y otras más.
Y tomé la decisión de actuar en el mismo terreno y con las mismas armas que usa el poder: “El Terrorismo” Yo saldría a las calles a provocar terror entre la gente y una vez que las televisoras llegaran a transmitir, yo haría mis declaraciones, gritaría la verdad de los acontecimientos y evidenciaría a FeCal para que la gente se enterara de sus siniestras intenciones.
Era la hora de comer, salí estrepitosamente, nadie me pudo detener. Me encaminé por las calles de Ecatepec y llegué a la carretera Las Pirámides-Tulancingo. Todo iba muy bien, pasé la caseta de cobro y ahí fue donde los policías de la PFP dieron el aviso y salieron armados hasta los dientes para detenerme. Cuentan que pidieron ayuda a un camión de pasajeros para que me cerrara el paso. Corrí, sabía que los de la PFP no tendrían compasión y me acribillarían ahí en la carretera. De pronto, el camión apareció y se lanzó contra mí, al tiempo que gritaban los Pefepos ¡ya te chingaste! ¡Maldita terrorista!
El resto, ya lo vieron por la tele, elefanta loca se escapó de un circo, le estaban dando de comer y un gato la espantó. En la carretera el chofer no la vio y para salvar a los 40 pasajeros la mató. El chofer es un héroe, salvó a las personas y ni modo mató a la elefanta Hildra.
ANA LILIA GARRIDO M
23 DE SEPTIEMBRE 2008.
Las noticias hablaron de 8 muertos por el estallido de dos granadas en el zócalo de la ciudad de Morelia, en Michoacán. Después de ese 15 de septiembre del 2008, México vive el ambiente más terrorífico de este siglo. Comparable con los días que siguieron al terremoto de 1985. Las televisoras se han dedicado a provocar miedo entre los habitantes de todo el país, aseguran desde el poder, que las granadas fueron lanzadas por terroristas, otros dicen que fueron los narcos, y los gringos aseguran que fueron narcoterroristas. También están las pesquisas sobre un atentado desde la ultraderecha, o que fue un intento de FeCal (Felipe Calderón) para legitimarse, porque la mayoría de los habitantes están convencidos de que hizo fraude para robarse las elecciones del 2006, además están desesperados, por el incremento de los precios, los bajos salarios y el desempleo.
Todas estas posibilidades eran repetidas una y otra vez, en taxis, en los micros, en el metro, en los medios, en la sobremesa, en los cafés, en las escuelas, en los circos.
Yo escuchaba, analizaba cada explicación, cada tesis, ninguna me convencía. Por qué lanzaron las granadas a los pies, por qué pide perdón a Dios el supuesto autor del atentado y desaparece de la escena del crimen sin problemas. Por qué los diez policías responsables de vigilar el zócalo de Morelia no se presentaron ese día a cumplir con su deber. Por qué el ejército llegó en diez minutos al zócalo. Por qué la segunda granada estalló a seis cuadras de la calle donde vive la madre de FeCal, por qué, por qué.
En las noches, no podía conciliar el sueño, las explicaciones blandengues que exponía FeCal por la tv, me alteraban. Sus declaraciones de guerra contra los narcos me provocaban risa. Sí risa, en las noches mitigaba mi risa para no despertar a los demás. “vamos ganando aunque no parezca” jajaja ¡qué tipo tan chistoso, tan ocurrente! ¿O piensa que somos muy tontos? El tema es que yo estaba muy desesperada. ¿Qué fue lo que sucedió en Morelia?
Así que el 19 de septiembre, comencé la investigación. Me comuniqué con todos mis amigos que viven allá en Morelia, busqué a los de La Familia, a los Zetas, a La Flor, hablé con el Chapo, con el Lazca y todos me daban la misma información. –Mouriño, Eduardo Medina Mora y Genaro García Luna saben cómo estuvo la bronca, que no se hagan pendejos- Decían que Calderón les ofreció protección por igual a todos, sin distingos a cambio de usar los nombres de sus organizaciones para provocar miedo a la población, así como hizo el Bush con las dos torres. Pretende FeCal que con dos granadas de fragmentación el pueblo de México lo reconozca como presidente, porque ya está desesperado de tantas burlas y chascarrillos que le hacen sus enemigos. Que si la bicicleta y la manita rota, que si el “haiga sido como haiga sido”, que si el traje militar le quedó grande, que si es bien briago, que si es el presidente del desempleo. ¡Ya estoy harto! Gritó el día de los Niños Héroes –estas burlas se van a terminar, de mi cuenta corre- y le llamó a Bush para pedirle un consejo y aquel cabrón le dijo -no tener otra salida, tu tener que espantar con los terroristas, ese truco no fallarme, te lo recomiendo- FeCal colgó el celular blackberry que le regaló un colaborador y marcó de inmediato a Leonel Godoy juntos acordaron echar a andar el plan “terroristas en Michoacán”.
También descubrí cómo asesinaban a 21 presos en la cárcel La Mesa en Tijuana, a 24 decapitados en La Marquesa y 34 en Yucatán, pero a los medios, eso no les importaba. El país está en una crisis económica, política, cultural y social, la tentación autoritaria de militarizar el país ronda en la cabeza de FeCal, me lo confirmaron varios de los contactos de primer nivel que colaboraban conmigo.
Pasé el fin de semana muy afligida, en el trabajo estaba distraída, dejé de comer y estuve muy pensativa. Reflexioné y decidí salir a contarles a todos esta perversa mentira de FeCal y la complicidad de las televisoras. Comprendí que mi voz se apagaría con los gritos de los voceros oficiales de FeCal como López Doriga, Pablo Hiriart y otros y otras más.
Y tomé la decisión de actuar en el mismo terreno y con las mismas armas que usa el poder: “El Terrorismo” Yo saldría a las calles a provocar terror entre la gente y una vez que las televisoras llegaran a transmitir, yo haría mis declaraciones, gritaría la verdad de los acontecimientos y evidenciaría a FeCal para que la gente se enterara de sus siniestras intenciones.
Era la hora de comer, salí estrepitosamente, nadie me pudo detener. Me encaminé por las calles de Ecatepec y llegué a la carretera Las Pirámides-Tulancingo. Todo iba muy bien, pasé la caseta de cobro y ahí fue donde los policías de la PFP dieron el aviso y salieron armados hasta los dientes para detenerme. Cuentan que pidieron ayuda a un camión de pasajeros para que me cerrara el paso. Corrí, sabía que los de la PFP no tendrían compasión y me acribillarían ahí en la carretera. De pronto, el camión apareció y se lanzó contra mí, al tiempo que gritaban los Pefepos ¡ya te chingaste! ¡Maldita terrorista!
El resto, ya lo vieron por la tele, elefanta loca se escapó de un circo, le estaban dando de comer y un gato la espantó. En la carretera el chofer no la vio y para salvar a los 40 pasajeros la mató. El chofer es un héroe, salvó a las personas y ni modo mató a la elefanta Hildra.
ANA LILIA GARRIDO M
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