7/1/16

Regresar al pasado

La etapa más feliz de mi vida, fue mi infancia en Teziutlán, así que estuve deseando desde hace cuarenta años regresar a tan hermoso lugar.  Tardé tanto porque los recuerdos son tan bellos que temía que la realidad me destrozara ese trozo de mi vida.
Aquí tuve una gran amiga llamada Goya, éramos inseparables, jugábamos a la comidita a saltar la reata, tenía un hermanito como de tres años al que le decían Calete. En mi familia había muchos problemas, por un lado con mi abuelo José Martínez y por el otro con mi papá que le dio por tomarse toda la cantina de un sopetón. Mi abuelo era el dueño de una cantina llamada La Chiquita, que desafortunadamente no sé dónde estaba, hoy recorrí la calle de Allende, la de Cuauhtemoc,  la de Hidalgo y también Zaragoza y no encuentro una seña de aquella cantina.  Hoy también  entré al mercado, esperaba con mucha ansia oler aquella mezcla de aromas frutales que me invadían cuando niña,  anduve por sus pasillos y ningún olor  encontré, no hay manzanas ni duraznos, cacahuates o chicharrones, lo que sí encontré fue el delicioso queso de cabra a quince pesos y las berenjenas, únicas, que sólo he visto aquí en Teziutlan, por el rumbo de Ahuateno había muchas matas de berenjenas,  lo único que se necesitaba era arrancarlas, darles una pequeña mordida para abrir un camino hacia el centro  y exprimir su exquisito néctar agridulce. Encontré chiles "morrongos" los más picosos que una vez hicieron llorar a mi papá de tan picosos.  Teziutlán ha cambiado, pero no tanto, puedo sentir aquel ambiente que marcó mi infancia, yo pesaba que el Hotel Central era el hotel donde nos hospedábamos cuando veníamos de visita, pero el verdadero hotel se llama Hotel Allende y está junto a la lujosa terminal de camiones, el café de donde salía aquel deliciosos aroma a café con leche, hoy es un ciber-café y ni café venden.
Tengo muchos recuerdos agolpados en mi memoria, sin orden, saltan conforme voy viendo lugares y personajes,  pero no recuerdo el nombre de la calle donde estaba la cantina La Chiquita,  que era a dos cuadras del palacio de gobierno, pero ya recorrí las dos cuadras y no reconozco aquel lugar
 pequeño y junto a la cantina la puerta de entrada al lugar donde vivía mi abuelo. No tengo más datos, únicamente el nombre de la cantina y el aroma del trapo húmedo con el que limpiaba mi abuelo,
el mostrador. Mi abuelo me consentía, me sentaba en sus piernas mientras despachaba copas de aguardiente a los oriundos de Teziutlán y barrios cercanos, había un cajón muy grande con maíz, porque en aquellos años, la cantina era también una tienda, sólo que a la cantina no entraban las mujeres. Yo le pedía a mi abuelo unas bolsitas pequeñas que vendía llamadas Zenzen, y él me contestaba eso no, son para borrachos, toma un dulce y me regalaba unos dulces de menta, años después me enteré que el Zenzen es el orozus y que lo utilizan para combatir el,mal aliento.
En el Hotel Central, nos regalaron un pequeño mapa de la ciudad, ahí busqué  Acateno y mi sorpresa fue mayúscula cuando leí "La misma idea" .  Cuando llegamos a Teziutlán, mi abuelo nos dio para vivir esa tienda y la casa que estaba atrás. Tenía unos balcones altos, el techo de teja, estaba en una esquina y al lado un gran portón rojo donde mi padre nos hizo un columpio a mi hermana y a mi, tenía una tabla para que nos sentáramos y una cuerda de lazo muy gruesa, cuántas horas nos divertimos en ese columpio, risas y más risas nos regaló ese trozo de madera y lazo. 
Mañana iré a "La misma idea", tal vez a San Juan Tezongo y al río o a Atoluca o al Puente de la Marimba.  Recuerdo que la tienda tenía dos entradas por el frente de lo que ahora es la calle José María Morelos, y una entrada por la calle Vicente Lombardo Toledano, espero que haya la posibilidad de llegar al río, encontrar al poblado de San Juan Tezongo o San Sebastián, de este lugar las















1 comentario:

TaNiA dijo...

Puebla... que chula es Puebla y más llena de recuerdos.... quiero ir!!