27/9/16

AMIGA MELI.

 NOVIEMBRE DE 1981.  Jardín de niños, festejo organizado por Clemente Eslava.

26 de septiembre de 2016.

Para mi amiga Meli.

Como quiera… Esa era tu frase, como quiera nos vemos, como quiera nos hablamos, como quiera ahora piensa, me decías.

 Como quiera te conocí un lunes de enero  del año 1969, llegamos puntuales a la primera clase en la ENM, nos saludamos, como queriendo hacer platica o como queriendo no estar solas en ese salón del tercer piso del turno vespertino. Llegó la hora del receso, nos miramos y tú propusiste ir a comprar algo para comer.  Desde ese día, nuestra amistad recorrería muchos caminos.
Acordamos sin mayores trámites, esperarnos siempre a la hora de la entrada en “El Oasis”, tú eras la primera en llegar,  siempre con la tarea hecha y por si había examen, tú   tenías todos los datos bien aprendidos. Una vez te dije que  estaba agradecida contigo porque siempre me ayudaste a repasar todos los apuntes antes de entrar al examen y me dejaste copiar en otros. Nos juntábamos en torno tuyo y comenzabas a repasar y aclarar dudas y cuestionamientos que te hacíamos. Una verdadera  compañera.

El estudio fue para ti un reto que venciste con facilidad, porque  para inteligente nadie te ganaba, además la vanidad nunca te cegó, sencilla sin competir con aquellas figuras que pretendían saberlo todo y cuando menos lo esperaban, tu aportación las bajaba de su pedestal o el comentario de algún profesor que valoraba tu saber e inteligencia, te colocaba ante los ojos de todo el grupo, como una estudiante brillante.
Como quiera eran los años maravillosos de nuestra juventud, de la inocencia y vitalidad que nos ayudaron a establecer vínculos tan sólidos que nunca se rompieron. Cuántas veces nos reímos hasta llorar! Muchas amiga.  Recuerdo tu risa plena, llena de ánimo, la expresión de tu rostro bañada de un hermoso tono rosado cuando la carcajada nos invadía, sacabas un pañuelo y te secabas las lágrimas de risa, para hacer una pausa y pedir una tregua, -espérate tantito- decías.
Cuando se me atravesaba una ocurrencia muy loca, tú me hacías reflexionar y buscar otras opciones, así fue en tiempos de la Normal y cada vez que nos juntábamos,  me hacías recapacitar, te  escuchaba  con atención, porque siempre supe que en cada consejo había cariño para mi.
Recuerdo que por circunstancias de la vida, del matrimonio, de los hijos, de la distancia,  nos alejamos un poco. Pero nos volvimos a encontrar, nos buscamos y nos abrazamos, la vida nos regaló la oportunidad de seguir compartiendo risa, ocurrencias y nuevos proyectos.
Creciste en todos los ámbitos amiga, te hiciste una enorme torre de luz que irradiabas a todos lados tu cariño, tu bondad. Nunca te escuché un comentario  desagradable hacia alguna persona, siempre respetuosa, no albergabas rencores ni sed de venganza, ni te clavabas en los defectos de los demás para hacer escarnio. Maravilloso ser humano.

Como quiera la organización era lo tuyo, no había detalle que se te pasara si tú llevabas la batuta, sea el festejo del Día del Niño,  tu boda, la Navidad, el cumpleaños de tus seres queridos o una actividad que implicara la participación de otros más. Los insumos los tenías a tiempo, de buena calidad y de  precio inmejorable, el detalle de la invitación o el recuerdo, nunca faltaron.  Tu estrategia estaba siempre completa y sin fallas. Juntas organizamos muchos festejos, que si la venta de boletos para coronar al mejor amigo/a del 3º. O, conservo la corona que hiciste para dicho evento, un día nos dimos a la tarea de hacer el festejo de los 30 años de nuestra generación,  preparaste la escolta y el gazné  que usarían, los honores a la bandera, las invitaciones, los recuerdos, diplomas y más. El día del festejo estabas tan linda, con tu vestido color celeste, decías tú y mi compadre galán junto a ti, una hermosa pareja. Terminamos cansadas, contentas y nadie nos dio las gracias. Yo me molesté  y decía tonterías, que si todo mundo disfrutó y nadie se dio cuenta que ese festejo era gracias a nuestro esfuerzo y dedicación y tú me dijiste –piensa que era un deseo tuyo, nadie te obligó a hacerlo- y me ubicaste una vez más.  Mujer centrada en tus juicios y siempre planeando el éxito.

Amiga, qué hermosa es tu letra, perfecta sin trazos mal hechos, conservo las cartas que me escribías cuando era temporada de vacaciones, unas son de Saltillo otras de Monterrey y en este 2016, las volvimos a leer juntas, te pedí que leyeras en voz alta y lo hiciste amiga, recordamos aquella época tan significativa para nuestra existencia. Las palabras en clave, los recursos gráficos para decir lo que no queríamos que otros se enterarán. Hicimos nuestro idioma de amigas.  Jugamos con las palabras y con el presente de ayer.

Un día, escuché que te referías a mi como “la amiga” y me sentí halagada por ser amiga tuya, aunque fuera así un poco fría la referencia, me sentí bien, pero en otra ocasión platicando nos dijimos hermanas y eso me llenó de contento, me estabas dando un lugar especial en tu corazón, más allá de amiga o comadre, me dijiste -yo también te quiero como a una hermana- y desde ese momento, nos convertimos en hermanas de corazón.

Como quiera soy un día, mayor que tú y siempre estuviste atenta a mi cumpleaños, a procurarme un obsequio  elaborado por ti o a considerar mis gustos o mis necesidades, me conocías muy bien.  Recuerdo tantas veces que me sorprendiste con un pastel hecho por ti, o un patrón para que me hiciera un vestido. Cuando tenía una alegría te buscaba para compartirla o un problema o una bronca lo mismo, eras tú la persona indicada, la que comprendía lo que pasaba por mi cerebro y por mi corazón. Por eso tus consejos siempre eran tan atinados y tus comentarios acordes a la realidad que estaba enfrentando.  Compañera excepcional.

Hoy 26 de septiembre,  me entero que te adelantaste, al lugar sin retorno.  Te fuiste sin mi. No lo puedo creer. No lo quiero creer.  Meli, amiga, están pendientes cuatro cosas,  enseñarme a preparar la machaca que me regalaste, ir a Xochimilco a comprar plantas, pasar unos días en Polotitlán cosiendo, tu caminito de mesa que te traje de San Juan del Río y la más primordial llevarte con otro médico, me dijiste – espérate a ver cómo resulta este tratamiento y voy con el Dr. que tú dices, pero hay que terminar lo que se empieza, vemos- . el plazo vencía a finales de este mes.
Le doy vueltas y más vueltas a tantos recuerdos que conservo, a tantas alegrías que me regalaste.  Te quiero amiga, me duele  esta inesperada partida. Te voy a extrañar mucho. Segura estoy que estás descansando, que te encontrarás con tus familiares y hermanos. Quiero pensar que desde  ese lejano lugar, a la distancia celestial  te darás cuenta de todos los cariños que te brindamos y que estarás en el recuerdo  para mantener viva la llama de tu presencia en nuestras vidas.
Descansa en paz, que acá todo andará bien, tu esposo y compañero, tus hijos, Nancy, Magua, Alice, Pili, Caro y yo mantendremos los vínculos que tú nos regalaste.
Descanso eterno para ti.
Hasta siempre amiga Meli.

Ana Lilia Garrido M




  JULIO 1971. RUMBO A ISLA MUJERES.

1 comentario:

jazz dijo...

que lindos recuerdos mami, siempre dejando el alma y el corazon en cada una de tus palabras! <3 te quiero mucho