19/9/16

ser profesor/a en tiempos de felonía y mentiras.

Ser profesor/a en tiempos de felonía y mentira.
Para mis profesor/as
de la Escuela Ignacio M. Altamirano,
 a todo el Magisterio Nacional
y a los 43 normalistas desaparecidos.
Entré a la escuela primaria Ignacio M Altamirano en 1959, terminaba el sexenio de Ruíz Cortines y arrancaba López Mateos, época de la lucha magisterial que encabezaba Othón Salazar y los miembros del Movimiento Revolucionario del Magisterio (MRM), a quienes respeto y admiro. Por aquellos años, la lucha magisterial avanzó con pasos agigantados hacia el logro de las reivindicaciones laborales que los/as mentoras merecían, desconozco si la escuela Ignacio M Altamirano participó en algún paro o huelga, pero de lo que estoy convencida es que en mi infancia se respetaba a los/as docentes, porque eran los/as más sabios y orientaban o daban buenos consejos, porque querían a la niñez.
Con el paso del tiempo, ingresé a la Benemérita Escuela Nacional de Maestros, dando paso a la vocación que desde niña añoré: ser maestra. Ahí la profesora Catalina Cardona Nava – que vivía en Mina No. 178-, junto con entrañables profesores/as, me formaron para amar y  enseñar a los/as niños/as a aprender. Entrar a la Normal significaba  asumir un gran compromiso social -formar a las jóvenes generaciones-.  Los/as Normalistas seríamos los promotores de las transformaciones que México necesitaba, es decir,  hacer un país más justo y equitativo. Arrancarlo de las garras del PRI y establecer nuevas formas de convivencia entre los/as habitantes, desterrar para siempre la explotación, la ignorancia y el abuso entre mexicanos/as, impulsar la cultura y la reflexión como formas de sublimar la realidad para mejorarla. Eran tan alentadoras las enseñanzas que adquirí en la Normal, mismas que se reforzaron en la Prepa1 y cuando ingresé a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM ya que, estimularon mi esperanza, para aniquilar la explotación y la mentira como discurso oficial,  dar paso a la convivencia pacífica y humana. Soñar, imaginar un país mejor, un mundo mejor.
Soy profesora universitaria desde hace 34 años. Observo con mucha atención el desarrollo de las luchas sociales y con profunda tristeza escucho por la radio  -no veo televisión-  o leo en algunos encabezados de periódicos que se difama a los/as profesores/as, que se les acusa de acciones que no son ciertas y se les aplican calificativos injuriosos, lo que provoca un daño a la legitima lucha del magisterio y al tejido social, ya que algunos medios de difusión  nos dividen y enfrentan.
¿Quién mueve los hilos de esta felonía contra el magisterio? Estoy convencida de que ustedes se han planteado esta interrogante. Miro que hay mucho interés de los empresarios en especial de Claudio X González, los empresarios necesitan por un lado, desaparecer la educación pública y gratuita, para convertirla en un negocio que les genere ganancias extraordinarias y por otro lado, mantener al pueblo ignorante, dividido y con mucho miedo, para que ellos continúen  saqueando a la nación sin oposición alguna.  Pero hay otro actor importante -la clase política- que pretende perpetuarse en el poder y  acumular riqueza, para esta clase, también es importante mantener al pueblo ignorante, pobre y con miedo. En esta coincidencia, empresarios y clase política abrazan la misma causa, por lo que se dedican a mentir y difamar al magisterio y propician el odio. La evaluación al magisterio es el recurso con el que pretenden legitimar el despido a los/as docentes, en especial a quienes se formaron en las escuelas Normales, porque ellos saben que el quehacer docente es una fuente que emana conocimientos y propicia la reflexión para transformar la espantosa situación en la que se encuentra México. Hay muchos testimonios de la labor del profesorado en el cine nacional, por ejemplo: Maclovia, Simitrio, La maestra inolvidable y Río escondido entre otras más.
Hoy me entero de que los docentes se retiran de la Ciudadela, deseo de todo corazón que este repliegue sea para afianzar su organización y  puedan establecer vínculos con otros movimientos sociales y con diversos sectores dispuestos a respaldar al profesorado. Espero que la lucha magisterial rescate el apoyo de la sociedad y  además desarrolle como en 1989 mucha creatividad, para que la población le brinde su apoyo franco y decidido.
También están por cumplirse dos años de la “desaparición” forzada de 43 estudiantes de la Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa, soy madre y me pongo en el lugar de los familiares y en especial en las madres que desconocen el paradero de sus hijos, no saben si los están torturando, si duermen, si comen, si pasan frío o si están muertos, es inhumano prolongar el martirio de esas familias de futuros maestros. Ni la “verdad histórica” ni las múltiples sospechas de quiénes son los responsables de la desaparición han logrado avances significativos ni han dado respuestas contundentes a las sospechas y mentiras que rondan esta infamia.
Los medios de difusión, los empresarios y la clase política  están generando miedo en la población y por consiguiente  estamos  aislados.
¿Podemos revertir esta división?  Sí. Rescato una propuesta que escuché a Paco Ignacio Taibo en una reunión con profesores de la sección IX de la CENTE, respecto a la división él dijo “…cuando entremos a un lugar busquemos las coincidencias que tenemos con la gente que está ahí y evitemos hacer énfasis en las diferencias que nos separan y dividen”.  Vamos por la unidad, es posible y no olvidemos que ¡El/la maestro/a luchando  también está enseñando!


Ana Lilia Garrido M
15 de septiembre 2016.


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