Este 28 de agosto de 2019 me incorporé a los festejos del día de los/as abuelos/as. Muchos años pasaron para en este preciso día me sienta festejada por ser abuela.
Mi nieta Natalie sintió el tremendo impacto de saber que su madre asesorada por la abuela, le marcaron un límite. Natalie, está acostumbrada a obtener lo que ella quiere con tan solo gimotear, pero la abuela ayudó a que su mamita le indicara un tope - ¿te quieres bajar de la cama? pídelo sin llorar- y se armó un gran concierto de llanto, mocos, baba y sudor. Su madre se mantuvo, aunque la voz le temblaba y no se atrevía a hablarle fuerte con firmeza, sin enojo. Después de unos minutos, Natalie dejó de llorar, se bajó sola de la cama y sollozaba con mucho sentimiento hasta que vio a un juguete y volvió a jugr como si nada hubiera pasado.
Tania se reconoció tan miedosa como Conchita que no se atrevía a llamarle la atención a Mane. Superó la prueba y ahora va a enseñarle a mi nieta a pedir las cosas, a nombrarlas en vez de llorar y posteriormente aprenderá a negociar y a aceptar que no puede tener todo lo que pide.
Por lo pronto, la propia Tania dijo que suspendería el uso de la tablet y se dedicará más a enseñar a mi nieta a comunicar sin llorar lo que necesita o quiere.
Así pasé mi primer año de abuela con nieta.
28 de agosto de 2019
Ana Lilia Garrido M
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