"Cuando aparecen los hilos de plata.." dijera la canción, que pronóstico tan cabrón se avecinaba. Cada cana anuncia la decadencia de los sentidos, que si ya no oigo bien, Queee? repite por favor. No veo dónde están mis lentes. Ya me volví a caer en la calle y la piel se cuelga, se arruga como pergamino, los ojos llenos de brillo y astucia, hoy saturados de cataratas, miopía y astigmatismo. Que si los huesos son como campechanas porque la densidad ósea ya se jodió. Que el caminar se vuelve lento e imprudente. Y principalmente la chingada memoria que no te avisa cuando ya contaste algo y te deja hacer el ridículo contando por enésima vez lo mismo. Antes, traías en tu bolsa pastillas, chicles, condones, cigarros, cerillos o encendedor, labial, rubor, rímel, toallas sanitarias o tapones, por si cualquier cosa. Ahora tenemos que cargar con la pastilla para la piel, la de los huesos, la de la presión, el magnesio y el potasio, el celular con infinidad de recordatorios para todo momento, -es hora de comer-, -es tiempo de dormir-, -comprar el mandado-, -hacer ejercicio-, leer, pintar, coser, etc-. Las reuniones con las amistades son un rosario de malestares, síntomas, remedios, medicina alternativa, yoga y tai chi, precio de pañales para adulto/a, los pagos de la pensión, cuentas y tipos de bancos para que administren mejor tu dinero y continuas idas al baño, porque la vejiga ya no aguanta y la incontinencia puede ser evidente. Se habla siempre del pasado, de lo que fue y no volverá. El vestuario en la vejez es siempre ridículo, ya sea porque te afanas en parecer Sara García "la abuelita del cine nacional", con chongo canoso y sin dientes. O por los colores y extravagancias que ya no lucen en los cuerpos ajados por el tiempo ni el rostro, ayer turgente como durazno, ahora se asemeja más a una ciruela pasa.
El tiempo, el implacable...
28 de agosto 2019
Día de los/as abuelos/as.
Ana Lilia Garrido M
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