Amanecimos con la noticia de que Chespirito se nos adelantó o creo que ya se había tardado. Se nos fue un grande dice un alumno en el facebook. ¿Grande? se han cambiado los significados de las palabras o ya perdimos el sentido critico de la realidad.
Grande, repito una y otra vez. Grande, dicen y vuelven a decir, tan grande como Shakespeare. Cuánta ignorancia de la gente que se deja llevar por los comentarios de la TV, comparar libretos de las películas "Detectives o ladrones", "El dolor de pagar la renta" de Viruta y Capulina con "El sueño de una noche de verano" o "Romeo y Julieta", es una desproporción, es ignorancia y analfabetismo generalizado.
Personajes mediocres, estúpidos con suerte o retrasados que causan lástima, sí, esa fue la aportación de este creador de televisa, así marcó a muchas generaciones de toda América Latina, con esa idea del tonto que nada sabe y de pronto un viento de suerte lo ayuda a ser el mejor. Canceló la importancia de la dedicación y el esfuerzo, la preparación y el estudio como herramientas para el progreso personal. El señor chespirito escribió para justificar la estulticia y la pereza, ingredientes que nunca faltaron en los libretos de sus programas.
Hay una tristeza nacional fomentada por las televisoras, la gente llora al chespirito y se olvida de los 43 normalistas desaparecidos, los 11 estudiantes detenidos injustamente y presos en penales de alta seguridad, se quedan en el baúl de los recuerdos la injusticia, impunidad, pobreza, corrupción y mal gobierno. Hoy dicen -nos duele chespirito-
mañana, nos dolerá la inflación, el desplome del precio del petróleo, el olvido de la violencia de Estado.
Chespirito, se murió y le cayó como anillo al dedo al gobierno de Enrique Peña Nieto, ya tiene televisa un muertito y hay que llorarle mucho.
29 de noviembre de 2014.