29/11/14

La respuesta gubernamental a la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa.

Han pasado dos meses desde aquel 26 de septiembre de 2014, el pueblo de México, no alcanza a comprender el porqué de la indiferencia desde el poder.
Muchas son las marchas, protestas, tomas, dramatizaciones y cuanta acción creativa se nos ocurra, la gente se organiza, comenzamos a hablar del problema, de la injusticia, de la impunidad. Nos preguntamos, ¿Quiénes son las personas que han encontrado en más de seis fosas clandestinas, restos humanos sin nombre ni identidad, pero que ahí están, gritando su dolor y exigiendo justicia.
El jueves 27 de noviembre, el presidente Enrique Peña Nieto, salió a dar un conjunto de propuestas para calamar los ánimos de las protestas. Esperábamos mucho y fue tan poco, fueron diez medidas que reflejan más el deseo de distraer al pueblo, que de resolver los problemas. No comprendo la necedad de beneficiar a los empresarios, de recompensarlos con disminuciones en el monto de sus impuestos, si abren fuentes de empleo, no importa que sean temporales y por horas, sin prestaciones sociales y sin estabilidad laboral.
Dice el mandatario que es la pobreza la causante de tanto crimen, por eso, decide abrir fuentes de trabajo donde  se sobre explote la fuerza de trabajo y pretende distraer a los jóvenes con ese señuelo del empleo y cancelar las protestas y  denuncias.
Nada va a cambiar entre el pueblo, la violencia y la injusticia seguirán avanzando y controlarán la voluntad y el enojo. El narco mantendrá sus vínculos con el gobierno y nadie logrará romper ese maridaje, aunque la voz desgarre nuestras gargantas de tanto denunciar. 
La interrogante está a la vista de todos, unos las vemos , otros voltean hacia otro lado y muchos más niegan la realidad, así estamos, así nos irá.
29 de noviembre de 2014.

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