21/11/14

Ayotzinapa

AYOTZINAPA.

El 26 de septiembre de 2014, salieron como cada año los jóvenes normalistas de la escuela Isidro Burgos con rumbo fijo en esta ocasión irían a Iguala, su objetivo: pedir mejores condiciones económicas para su escuela.
Ese día, la esposa del presidente municipal de Iguala rendía su  informe anual del DIF, mujer de gran poder, ya que es familiar del cártel del Pacífico de los Beltrán Leyva,  con voz firme dio la orden para que todos la escucharan y la obedecieran -desaparézcanlos- acto seguido el jefe de la policía actuó con mucho esmero, desobedecer a la primera dama era un desacato, así que, salieron armados hasta los dientes y enfrentaron a los normalistas que había tomado algunos camiones.
La represión sobre pasó los límites de la "legalidad", soltaron balazos sobre los jóvenes desarmados, en el enfrentamiento, murieron seis personas. A una de ellas, todavía con vida le quitaron la piel del rostro y le sacaron los ojos. Este único dato, es la muestra de la  saña con la que la policía actuó contra los jóvenes normalistas. Detuvieron a 43 jóvenes y los llevaron en los camiones de la policía y en el camino, hubo un segundo enfrentamiento, pero la oscuridad de la noche no permitió identificar a los agresores.
El misterio más grande, se ubica en que desde ese día los 43 jóvenes normalistas no aparecen. Nadie, vio, nadie aporta información verídica, nadie quiere hablar y este silencio de la población se convierte en una cortina que impide a los padres y familiares de los jóvenes, saber dónde están.
Marchas, reclamos, súplicas y advertencias internacionales no han logrado que el gobierno informe dónde están. La sociedad mexicana comienza a organizarse en torno a la exigencia de la entrega de los normalistas, al grito de -Vivos se los llevaron. Vivos los queremos- las diversas posturas ideológicas se han aglutinados en torno a esta demanda y hemos salido a la calle juntos jóvenes y viejos, hombres y mujeres, religiosos y ateos, estudiantes y empleados, maestros y estudiantes de todas las escuelas. 
Una preocupación aparece en el interior de algunas escuelas y en los eventos programados como marchas y asambleas. Las posiciones radicales que propician  y justifican la represión. Ayer 20 de noviembre, se llevó a cabo una marcha monumental para recibir a los familiares de los 43 normalistas desaparecidos, un desfile de pancartas a cual más de ingeniosas, enérgicas y juguetonas, una gama de personas, diferentes estratos económicos, culturales y regionales, había luces, antorchas,  veladoras, cantos, gritos, consignas viejas, nuevas y recicladas para el momento. 
Todo avanzó muy bien, llegaron los contingentes al Zócalo sin problemas, los oradores dieron su mensaje, padres y madres de los jóvenes exigiendo la presentación con vida de sus hijos. Al final, los radicales encapuchados, intentan brincar las bardas protectoras del Palacio Nacional, lanzan piedras, basura, fuego, petardos, bombas molotov contra la policía del DF.
Momentos después, la policía desató su sed de venganza y no buscaron quién los agredió, sino que arremetieron contra cualquiera que se atravesaba en su camino, me recordó el avance de los "orcos" en la película del Señor de los Anillos, que destruyen a su paso a todo lo que encuentran. El saldo, 16 personas detenidas, otras tantas golpeadas ¿y los encapuchados, los provocadores, los ultras dónde están? detenidos no.  Qué pasa con esos grupos "radicales" que han aparecido en las escuelas, dividiendo y confrontando a la comunidad, Me pregunto si después de estas acciones, se empezará a desenmascarar a esos falsos "luchadores sociales".
¡Vivos se los llevaron y vivos los queremos!

No hay comentarios: